Podemos cumplir la promesa de frescura y calidad que te ofrecemos porque nuestra garantía implica esfuerzos que lo abarcan todo: desde la búsqueda, impulso y validación de proveedores, hasta las incontables tareas de transportación, almacenaje o exhibición. Para que al final, llegue a tus manos

AGRUPAMOS ESOS ESFUERZOS EN LOS 3 BLOQUES QUE DAN FORMA A NUESTRA GARANTÍA DE FRESCURA

Desde la ubicación geográfica y sus condiciones climáticas, hasta el respeto por el medio ambiente que un proveedor observa, se consideran y evalúan oportunamente para elegir qué productos ofrecerte.

Los métodos de producción, salubridad o transportación (entre otros) que nuestros socios comerciales implementan para nosotros, les permite validar su calidad y, a nosotros, ofrecerte un producto como en ningún otro lugar.

La pasión con que tratamos a las frutas, carnes y demás productos frescos en H-E-B nos diferencia y el resultado es evidente: siempre la máxima frescura en tienda y una vida notoriamente extendida una vez que los eliges.

Conoce algunas historias de lo que, en conjunto con nuestros socios comerciales, hacemos cada día dentro y fuera de H-E-B para que sigas prefiriéndonos.

Pequeñas mimadas

Para protegerse de calores fuertes y de fríos intensos durante su crecimiento, nuestras lechugas y coliflores de marca propia H-E-B no se quitan y se ponen sus propias hojas de encima, garantizando una frescura óptima. No funciona así.

La responsabilidad de su “bienestar” es mérito de nuestro proveedor Agricultores El Fuerte; empresa 100% mexicana con la que tenemos 15 años trabajando mano a mano, y a cargo de los hermanos Gonzalo y Fernando Torres, quienes continúan con el legado familiar de cinco generaciones dedicadas al cultivo de vegetales.

Geográficamente están ubicadas en dos zonas privilegiadas, y apreciadas, para el desarrollo agrícola: Guanajuato y Querétaro. De esta manera se garantiza la calidad, el abasto y la frescura los 365 días del año.

El cuidado de estas hortalizas empieza desde “temprana edad”: cuando todavía son semillas y crecen en un invernadero, con estricta vigilancia, durante 30 días. Transcurrido ese tiempo, se pasan al campo. Y ahora sí, a dar sus primeros pasos.

A estas ternuritas, en sentido literal, por delicadas y pequeñas, se les tiene que cuidar mucho (peligran a crecer con delirio de sobreprotección), por lo que dependiendo la época del año, a las lechugas romanas y a las coliflores se les muda a zonas donde el clima les permita que se desarrollen “tranquilas y relajadas”.

Los meses de intenso calor, en Verano, se cambian a Querétaro que es una zona más fresca (2 mil metros sobre el nivel del mar) y cuándo es Invierno se mudan a Salamanca, una zona más cálida (1 mil 600 metros s.n.m.).

Tantas mudanzas y apapachos explican, en parte, porqué nuestras lechugas y coliflores son las mejores que puedes encontrar. ¿Qué importa que sean el vegetal más mimado de tu ensalada?

De buena cuna

Crecen a cielo abierto, casi no se permite tocarlas en todo su ciclo de crecimiento, se cuidan con parámetros internacionales y se protegen de todo intruso… ¿sabes de que estamos hablando? De nuestras lechugas romanas y coliflores de marca propia H-E-B.

Estos vegetales son cuidados con altos estándares internacionales de seguridad alimentaria. En Agricultores El Fuerte, nuestro socio proveedor, todo se evalúa: desde la parte agrícola hasta la manipulación, resultando en la obtención de certificaciones internacionales (exportan a Estados Unidos y Asia) y a recibir nuestro sello de H-E-B Superior.

A nivel de campo emplean, por ejemplo, nivelación láser. Esta práctica garantiza eficiencia y distribución uniforme para que las lechugas y las coliflores tengan un espacio ideal para su óptimo desarrollo. En pocas palabras: para que crezcan a sus anchas.

De igual manera, se cuida el agua con la que se alimentan. Ésta proviene de pozos profundos, que se ponen a prueba con regularidad con exámenes microbiológicos para descartar metales pesados y residuos indeseables.

¿Y en cuánto a manipulación de los vegetales? El producto nada más se toca dos veces en toda su vida de campo: la primera cuando se planta el brote y la segunda cuando se cosechan. En ambos procedimientos se ponen en práctica medidas sanitarias de validación internacional.

Así, cuando el trasplantador y el cosechador de las lechugas y coliflores entran al campo, portan cofia, guantes, cubre bocas y mandil de peto (casi, casi, como cirujanos en quirófano). Y cuando se van a cosechar, el cuchillo de acero inoxidable que se usa para cortarlas se desinfectada cada hora y media. ¡Qué estrictos!.

Ahora ya lo sabes: tus caldos, ensaladas y demás preparaciones sólo merecen hortalizas de buena cuna, sólo las de H-E-B.

Todo eso ¡por frescos!

La base clásica para una buena ensalada es una lechuga fresca y firme. De igual manera, para un buen caldo se requieren vegetales tiernos y de sabor contundente; y la mejor manera de comenzar cualquier receta de estas preparaciones es ir a H-E-B.

¿Porqué? Porque no hay lechugas y coliflores más frescas en el mercado que las de nuestra marca propia.

La garantía de tal frescura empieza mas o menos así: diariamente, nuestro Jefe de Frutas y Verduras de cada sucursal levanta un pedido a las 10 de la mañana y al mediodía la orden ya se procesó y pasó a manos de nuestro proveedor. Y ahora sí: ellos se ponen a cosechar lechugas y coliflores. Y si no hay pedido, no se cortan las hortalizas; así de frescos nos ponemos.

Una vez que se cosecharon, se someten a un enfriamiento rápido (desde el centro hacia afuera) que extraerá todo el calor del campo; esto garantizará una sana vida de anaquel y lechugas y coliflores frescas por más tiempo.

Después, son guardadas en un cuarto frío y por la tarde de ese mismo día salen con rumbo a Monterrey, (desde Guanajuato y Querétaro, donde Agricultores El Fuerte tiene sus huertas), viajando en transportación refrigerada. Nunca se rompe la cadena de frío.

Ya en tienda, el acomodo es inmediato. Apenas llega las piezas y el personal de Frutas y Verduras las almacena, momentáneamente, en la cámara de refrigeración (también con temperatura controlada) y a los minutos se distribuyen en las vitrinas.

El cuidado sigue cuando el “Vitrinero” (responsable de colocarlas y de darles la rotación adecuada) se da a la tarea de mantenerlas bien acomodadas y presentadas; para que cuando tú pases por ellas sólo tengas que pensar en cómo cocinarlas, mezclarlas o prepararlas.

La frescura y calidad se agregan al caldo por nuestra cuenta. ¡Provecho!